Texto para Segundo Eguren por sus 100 años.
Don Segundo Eguren es un campechano proveniente de Orense conocido por su ímpetu hacedor, su persistencia vital y su tozudez empedernida, que hoy cumple sus primeros cien años, pues parece decidido a ir por más.
Se trata de uno de los lectores más longevos del Diario La Capital, ya que lo recibe sistemáticamente hace 54 años tras la reja de su casa y lo estudia de punta a punta.
Les contaremos brevemente su historia. Segundo llegó en 1966 a la ciudad de Mar del Plata, acompañado por su fiel ladera Leonor, con el objetivo de que sus hijos comiencen sus estudios secundarios y universitarios. Desde aquel entonces, mantiene en vilo la nostalgia campestre, marcada por su pasión por los animales, su obsesión meteorológica y los relatos de su ex compañero de andanzas, su caballo: Gavilán. Si bien, la custodia incansable de sus hijos lo mantiene vivo, es menester recalcar su voluntad férrea de vida y su agradecimiento al despertar todos los días una mañana más.
Desde 1920 ha vivenciado múltiples acontecimientos históricos, desde guerras hasta pestes, pero no acusa temores a la hora de atravesar la actual pandemia. Lejos de ello, se mantiene inmutable en sus peticiones de lectura del diario, debido a su ceguera, para continuar “conectado” con el mundo. A lo mejor, en uno de esos momentos se encuentra reflejado en estas líneas -que tras sucesivas lecturas y relecturas a causa de su creciente sordera- repercutan en alguna emoción. Esperemos que, Susana, su hija y lectora predilecta, pueda despertarlo con este regalo sorpresa para contribuir con su celebración.
En definitiva, a pesar de los años y las deficiencias físicas, Segundo se ha mantenido esperanzado y temperamental, conduciendo sus ilusiones hacía un horizonte prometedor de oportunidades y constantes recomienzos. Tal es así, que a su “rincón en el mundo”, él lo bautizó: “El principio”; lugar desde donde parten y resurgen incesantemente las emociones de una familia que lo saluda, contiene y acompaña en este centenario recorrido.